Urú se compone de varios relatos que tienen como hilo conductor la historia de Sergio, quien de niño escucha los relatos orales de su padre Víctor y de grande expresa la misma vocación narrativa convirtiéndose en escritor pero trabajando para vivir de periodista en la triple frontera Argentina , Paraguay y Brasil. Cada capítulo cuenta una historia particular que a veces roza el realismo
mágico y otras veces son cotidianidades donde se potencia la belleza de lo simple.
Estos relatos, que le fueron contados a Sergio, son narrados o vividos de alguna manera por él o es alguna noticia que tiene que cubrir.
Sergio frente al fuego trata de escribir, recuerda cuando tenía 6 años e intentaba reanimar a un pajarito que al parecer estaba muerto. Luego de deambular un rato, con el ave entre las manos, se cruza con un linyera que promete curar al pájaro.
Sergio recuerda cuando era pequeño y su padre le contaba sobre la historia de Ismael, un peón rural que trabajaba en la cosecha de la yerba mate. Un día, Ismael cayó en la cuenta de la ausencia de su perro Toribio que lo acompañaba hace 9 años. Pasaban los días, el perro no aparecía e Ismael se sumergía en la desdicha. Sergio, en el presente, escribe ese relato que narra el dolor que acecha a Ismael representado como un perro rabioso.
La búsqueda y la espera de Ismael se hacen eternas. Pasan los años e Ismael deja de trabajar en los yerbales, se aferra más al alcohol. Viaja a la ciudad para buscar a Toribio y ahí se queda; con el tiempo es un borracho más que deambula por la urbe juntando cosas en sus bolsas, comiendo pajaritos y buscando a su perro. Sergio escribe un relato en el que Ismael promete al Gauchito Gil que si este le devuelve a Toribio el construirá santuarios por doquier. ¿Cumplirá el Gauchito?
Transitamos por la vida cotidiana de Sergio, su relación con la literatura, el periodismo, su padre y su compañera Lupe. En el medio, un mensaje de su madre rompe con lo cotidiano y anuncia lo inesperado.
El padre de Sergio acaba de morir y sus cenizas son depositadas en una costosa urna de plata. Julia le encarga a su hijo que intente vender la chacra, en la cual su padre pasó los últimos años de su vida. Sergio se dirige al lugar, donde nunca había estado. Una vez allí conoce a Norma, quien guarda secretos sobre Víctor, el padre de Sergio.
Una vez en la chacra de su padre, Sergio devela el misterio sobre la vida de su progenitor. Al regresar con su madre, le cuenta lo sucedido. Julia decide el destino de las cenizas de Víctor.
Sergio escucha en una cantina de pueblo, de la boca del paisano Anselmo, la historia de Oscar "Mencho" Gómez, más conocido como El Urú, quien desde niño fue peón rural y luego, trabajador del secadero de yerba mate, consagrándose en el arduo oficio de Urú. El Mencho sobrevive en un mundo de relaciones difíciles, donde la afrenta está a la orden del día. En una ocasión, el Gringo Zsokalski, dueño del secadero, lo insulta y así comienza, una disputa con un terrible final.
Recorremos los ambientes que fueron parte de los relatos. Sergio recuerda cuando de niño escuchaba historias de su padre mientras comía aquella fruta, la cual hoy busca sin éxito. Hasta que lo inesperado golpea su puerta y permite continuar el legado de la palabra.